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5 tipos de personas según su manera de administrar el dinero

  • Foto del escritor: Edgar Andrés Rodríguez
    Edgar Andrés Rodríguez
  • 20 ago 2024
  • 5 Min. de lectura


Cada persona administra su dinero de forma particular, en función de sus posibilidades y recursos. Unos gastan, otros ahorran, algunos recurren a préstamos, mientras que otros invierten. Esto no se debe a una falta de voluntad, sino a que su entorno los ha condicionado a adoptar ciertos hábitos en su vida, heredados de la familia, los amigos o el entorno social, que inconscientemente lo asumen y lo convierten en su estilo de vida.


En este artículo, mi objetivo es ayudarte a comprender que no existe una única forma de administrar el dinero, sino que hay diversas maneras.


Quienes rompen con estas creencias limitantes buscan alternativas para administrar su dinero. Suelen ser objeto de críticas, ya que no se ajustan a lo que la mayoría hace. Por eso, a continuación, te presentaré 5 tipos de personas según su manera de administrar el dinero. ¿Con cuál te identificas?





1. EL GASTALÓN COMPULSIVO: AQUELLA PERSONA QUE GANA PARA GASTAR


Son trabajadores incansables, convencidos de que es la única forma de obtener ingresos. Gastan la totalidad de su salario, con una alta dependencia de un único ingreso. En la mayoría de los casos, desconocen alternativas de inversión, ya sea por otras prioridades. Dedican su energía a otras actividades, o simplemente no les atraen. Su ciclo financiero se limita a ganar, comprar y gastar.



Este perfil representa a la mayor parte de la población laboral activa. De acuerdo a datos del Banco Mundial, el 66% de los colombianos no gestiona adecuadamente sus finanzas. Lo cual representa a dos de cada tres colombianos.


 

2. EL QUE VIVE CON DINERO AJENO: ÉL O LA QUE ADMINISTRA SUS FINANZAS CON DINERO QUE NO ES SUYO


Su rasgo característico es recurrir al endeudamiento, solicitando préstamos a familiares, amigos, compañeros de trabajo y otras personas. Invierten, pero con recursos ajenos. Por lo general, son trabajadores públicos, privados, estudiantes y profesionales de diversas áreas, talentosos, pero con una dependencia constante al endeudamiento. Perciben la finca raíz como inversión, especialmente si habitan en esa vivienda recién comprada.



Recurrentemente solicitan préstamos para cubrir otras deudas, desarrollando un elevado nivel de endeudamiento. Hacen uso frecuente de tarjetas de crédito a plazos, pagándolas con dinero prestado. Poseen bienes de valor, en su mayoría financiados a plazos. Su lema es: “el que no tiene es porque no se endeuda”. Adquieren productos y servicios innecesarios, justificándose con frases como “trabajé duro, me lo merezco”. Afirman constantemente que no ganan lo suficiente, por lo que perciben sus ingresos como el problema, mientras que los gastos no tienen inconvenientes. Independientemente de sus ingresos, la deuda aumenta proporcionalmente.


 

3. EL AHORRADOR: AQUELLA PERSONA QUE SALVAGUARDA SU DINERO


Son conscientes de la importancia del ahorro, practican el hábito de separar dinero. Se destacan por establecer metas a mediano y a largo plazo. Realizan un seguimiento de sus gastos, tomando decisiones financieras alineadas con sus ingresos. En general, sus metas de ahorro se enfocan más en el consumo que en la inversión. Suelen ahorrar para bienes de consumo como televisores, automóviles o vacaciones.



En contraste con quienes recurren al endeudamiento, los ahorradores priorizan evitar las deudas. Por ello, adoptan una postura conservadora y evitan el riesgo. Su enfoque principal está en sus ahorros, lo que los lleva a desestimar otras alternativas de inversión.


Ahorran e invierten en productos financieros que les brinden una rentabilidad fija y bajas tasas de interés, como CDTs, cuentas de ahorro y fondos comunes de inversión.

 

 

4. EL INVERSOR EMPÍRICO: EL O LA QUE INVIERTE DE MANERA EMPÍRICA SEGÚN SU EXPERIENCIA


Conscientes de que el ahorro no es suficiente, comprenden que el dinero puede generar más dinero. Descubren que sus ahorros puede ponerse a trabajar para generar otras fuentes de ingresos, ya sean Ingresos Activos o Ingresos Pasivos. Diversifican sus inversiones en bienes inmuebles, activos de renta fija, inversión en acciones o en otras alternativas de inversión.



Perciben los bienes inmuebles como una inversión, adquiriendo propiedades para alquilar y generar ingresos con los que cubren la hipoteca. Se basan en la experiencia de inversión de otros, aprendiendo de los aciertos y de los errores de los demás.


Dentro de este grupo, se encuentra un subtipo de inversores empíricos que invierten en productos y plataformas populares, sin comprender a cabalidad en qué están invirtiendo. Toman decisiones de inversión sin considerar los acontecimientos económicos, evitando informarse sobre su inversión a través de contenido financiero, tal vez por desinterés o por no considerarlo una prioridad.


Dejan sus inversiones al azar y sin un análisis previo, basándose en información superficial obtenida de diversas fuentes. Su perfil de riesgo puede ser moderado o alto. Asumen el riesgo, por lo que invierten en mercados volátiles, buscando altas rentabilidades a corto plazo. Ante la posibilidad de obtener ganancias, invierten más de lo recomendable, comprometiendo incluso gran parte de su patrimonio.


En estos casos se presentan dos escenarios. En el primer escenario, al obtener ganancias, esperan obtener más ganancias de lo adquirido, lo que los lleva a tomar decisiones sin analizar la situación del mercado financiero. En el segundo escenario, al sufrir pérdidas, reaccionan precipitadamente, retirando su dinero por temor a mayores pérdidas, terminando con deudas y sin el capital inicial. Para después, criticar la inversión, afirmando que no vale la pena, y transmiten ese miedo a otras personas.

 

 

5. EL INVERSOR CONSCIENTE: EL O LA QUE INVIERTE CON CONCIENCIA


Este tipo de persona tiene claro que necesita invertir. Sin embargo, su perfil de riesgo es conservador, y priorizan la rentabilidad a largo plazo. Incluye tanto a personas del común como a aquellos que poseen grandes riquezas, sin importar su sector laboral, ya sean profesionales o no. Por ello, se mantienen informados sobre los acontecimientos económicos y leen contenido financiero relacionado con su inversión y la situación económica actual, buscando las mejores alternativas para capacitarse y tomar las decisiones de inversión más acertadas.


A diferencia del inversor empírico, este se involucra activamente en las decisiones relacionadas con sus inversiones. Consulta indicadores financieros relevantes para su dinero, se informa a través de diversos medios como el periódico, podcasts o videos, e invierte en su formación financiera antes de adquirir cualquier producto de inversión.



Este grupo también incluye personas que no cuentan con un gran capital, pero que, a pesar de ello, toman la decisión de informarse y comenzar con un portafolio de inversión de bajo monto. Controlan sus hábitos de gasto y minimizan sus deudas, viviendo de acuerdo a sus posibilidades y evitando adquirir productos innecesarios. Además, se fijan objetivos a mediano y largo plazo, por lo que utilizan herramientas de control de sus ingresos, como un presupuesto.


Por ello, siempre se hacen preguntas como ¿A qué edad quiero jubilarme?, ¿Cuánto puedo destinar a la inversión? o ¿Cuál es mi presupuesto mensual disponible?


¿QUIÉN ERES TÚ?


Para finalizar, cuéntanos: ¿Con cuál te identificas más? ¿Consideras que existen otros tipos de personas? Lo importante es que, si te asemejas con alguno de ellos y te parece inadecuado o poco rentable, puedas identificar en qué estás fallando y corregirlo para alcanzar el que más te llame la atención.


Por lo que, tú eres quien decide cómo hacerlo. Solo tú puedes mejorar tus hábitos, para ser cada día tu mejor versión.

 


Buen Camino Financiero

 

 

 



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